Durante la Semana Santa, muchas familias se van de vacaciones y se preguntan qué hacer con la caldera mientras la casa queda vacía. Aunque el sistema de calefacción a veces no se necesita en esta época del año, las calderas suelen seguir funcionando para suministrar agua caliente sanitaria.

Una opción práctica es activar el «modo verano» de la caldera. Esta función permite que el equipo siga proporcionando agua caliente pero desactiva la calefacción, reduciendo así el consumo energético y evitando el desgaste innecesario del sistema.

En el caso de que vayas a estar fuera durante un tiempo prolongado y no necesites ni calefacción ni agua caliente, también puedes optar por apagar completamente la caldera. Sin embargo, esto solo es recomendable si no se requiere agua caliente para electrodomésticos o si no hay riesgo de humedad o heladas (aunque estas últimas no suelen ser un problema en esta época del año).

Además, es importante revisar el estado general del sistema antes de irte, asegurándote de que no haya fugas ni fallos que puedan ocasionar problemas en tu ausencia. También conviene cerrar la llave del gas si la caldera va a estar apagada por completo, por motivos de seguridad.

En resumen, el modo verano es una forma eficaz de mantener la funcionalidad del agua caliente sin consumir energía innecesaria en calefacción. Y si no vas a utilizar ni siquiera el agua caliente, apagar la caldera puede ser una buena medida para ahorrar aún más.