El gasóleo más adecuado para los sistemas de calefacción doméstica es el gasóleo B, debido a que los quemadores actuales cada vez son más eficientes y necesitan un gasóleo con menor contenido en parafinas para su correcto funcionamiento. Además, en zonas frías como León, es más recomendable utilizar el gasóleo B, ya que, al contener menos parafina, es más resistente a las heladas.
En Petroesla Gasóleos recomendamos el uso de gasóleo B para la calefacción de su vivienda, puesto que alarga la vida de la caldera y mejora su rendimiento.
Su depósito que viene utilizando desde hace 5, 10 o 20 años ha acumulado lógicamente impurezas. Cuando nuestro chófer le suministra el gasóleo lo hace con una manguera que descarga el gasóleo a cierta presión, lo que origina que los posos que puedan existir en su depósito se remuevan y se mezclen con nuestra descarga. Por ese motivo recomendamos que mantenga sin utilizar la calefacción durante una o dos horas para que los posos que hayan podido removerse sedimenten y permanezcan en el fondo del depósito.
Intenta no dejar nunca el depósito al mínimo. No es buena idea ya que las impurezas del fondo del depósito se cuelan directamente al quemador y obstruyen el sistema.
Cuanto más limpio esté el depósito, menos impurezas que provoquen obstrucciones tendremos, lo habitual es limpiarlos cada 5 años.
Revisa la boquilla inyectora de tu caldera cada año y si fuera necesario cámbiala ya que debido al uso se va agrandando el orificio de salida y desestabiliza la mezcla de aire.
Las calderas de condensación ofrecen un mayor rendimiento, es una opción segura y eficiente en el consumo de energía y reducen las emisiones contaminantes.
La presión del circuito de calefacción debe estar en 1,5 bar estando la caldera fría. A medida que aumente la temperatura la presión aumentará de forma proporcional.